Es un signo utilizado para productos que
tienen un origen geográfico determinado y poseen cualidades o una reputación
derivadas específicamente de su lugar de origen. Por lo general, la indicación geográfica
consiste en el nombre del lugar de origen de los productos. Un ejemplo típico son los productos
agrícolas, que poseen cualidades derivadas de su lugar de producción, y en los
que influyen factores geográficos específicos como el clima y el suelo. El hecho de que un signo desempeñe la función
de indicación geográfica depende de la legislación nacional y de la percepción
que de ese signo tengan los consumidores.
Las indicaciones geográficas pueden utilizarse para una amplia gama de
productos agrícolas, por ejemplo, “Toscana” para el aceite de oliva producido
en esa región italiana, o “Roquefort” para el queso producido en esa región de
Francia.
Esto no quiere decir que se limitan a los
productos agrícolas, pueden asimismo servir para destacar las cualidades
específicas de un producto que sean consecuencia de factores humanos propios
del lugar de origen de los productos, tales como las técnicas y los métodos tradicionales
de fabricación. El lugar de origen puede
ser un pueblo o una ciudad, una región o un país.
Denominación
de origen
Es un tipo especial de indicación geográfica,
que se aplica a productos que poseen una calidad específica derivada exclusiva
o esencialmente del medio geográfico en el que se elaboran. Las indicaciones geográficas
engloban las denominaciones de origen.
Entre los ejemplos de denominaciones de origen protegidos en los Estados
parte en el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de
Origen y su Registro Internacional cabe mencionar “Burdeos” para el vino
producido en la región de Burdeos (Francia), “Serón”, para el jamón producido
en la provincia de Almería, Andalucía conocido por la gran calidad de sus
embutidos y jamones (España).
¿Por qué hay
que proteger las indicaciones geográficas?
Los consumidores perciben las indicaciones
geográficas como indicadores del origen y la calidad de los productos. Muchas indicaciones geográficas han adquirido
una reputación que, de no ser adecuadamente protegida, podría ser desvirtuada
por algunos comerciantes.
La utilización desleal de indicaciones geográficas
por terceros no autorizados, por ejemplo, el uso de “Darjeeling” para un té no
cultivado en las plantaciones de Darjeeling, es perjudicial para los
consumidores y los productores legítimos.
Esa situación induce a engaño a los consumidores, que creen estar comprando
un producto genuino con cualidades y características específicas, y perjudica a
los productores, que pierden una parte importante de sus ganancias y ven mermada
la reputación de sus productos.
Diferencia
entre una indicación geográfica y una marca.
La marca es un signo que utiliza una empresa
para distinguir sus propios bienes y servicios de los de la competencia; el
titular de la marca goza del derecho a impedir su utilización por
terceros. Una indicación geográfica
garantiza a los consumidores que el producto procede de cierto lugar y posee
ciertas características derivadas de dicho lugar de producción. La indicación
geográfica puede ser utilizada por todos los productores que fabrican productos
que comparten cualidades típicas del lugar designado por la indicación
geográfica.
Función que desempeña
la OMPI en la protección de las indicaciones geográficas.
La OMPI administra varios tratados
internacionales dedicados en parte o totalmente a la protección de las
indicaciones geográficas (en particular, el Convenio de París y el Arreglo de
Lisboa). Por otro lado, en las reuniones
de la OMPI, los Estados miembros y otras organizaciones interesadas tienen la
oportunidad de hallar nuevos medios para mejorar la protección internacional de
las indicaciones geográficas.
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